viernes, 29 de abril de 2011

sex1

“… El último chiste de Van Daan:
A raíz de la clase de religión y de la historia de Adán y Eva, un niño de trece años le pregunta a su padre:
-Papá, ¿me podrías decir cómo nací?
-Pues... -le contesta el padre-. La cigüeña te cogió de un charco grande, te dejó en la cama de mamá y le dio un picotazo en la pierna que la hizo sangrar, y tuvo que guardar cama una semana.
Para enterarse de más detalles, el niño fue a preguntarle lo mismo a su madre:
-Mamá, ¿me podrías decir cómo naciste tú y cómo nací yo?
La madre le contó exactamente la misma historia, tras lo cual el niño, para saberlo todo con pelos y señales, acudió igualmente al abuelo:
-Abuelo, ¿me podrías decir cómo naciste tú y cómo nació tu hija?
Y por tercera vez consecutiva, oyó la misma historia.
Por la noche escribió en su diario: «Después de haber recabado informes muy precisos, cabe concluir que en nuestra familia no ha habido relaciones sexuales durante tres generaciones.»…” (Ana Frank: “Martes, 9 de mayo de 1944” en “Diario”, traducción de Diego Puls, DEBOLSILLO, 2009, pág. 320-321)
“Querida Kitty:
A nadie en el mundo le he contado tantas cosas sobre mí misma y sobre mis sentimientos como a ti. Entonces, ¿por qué no habría de contarte algo sobre cosas sexuales?
Los padres y las personas en general se comportan de manera muy curiosa al respecto. En vez de contarles tanto a sus hijas mujeres como a sus hijos varones a los doce años todo lo que hay para contar, cuando surgen conversaciones sobre el tema obligan a sus hijos a abandonar la habitación, y que se busquen por su cuenta la información que necesitan. Cuando luego los padres se dan cuenta de que sus hijos están enterados de algunas cosas, creen que los críos saben más o menos de lo que saben en realidad. ¿Por qué no intentan en ese momento recuperar el tiempo perdido y preguntarles hasta dónde llegan sus conocimientos?
… Cuando acababa de cumplir los doce años, me contaron lo de la menstruación, pero aún no tenía la más mínima noción de dónde venía ni qué significaba. A los doce años y medio ya me contaron algo más, ya que Jacque no era tan estúpida como yo. Yo misma me imaginé cómo era la cohabitación del hombre y la mujer, pero cuando Jacque me lo confirmó, me sentí bastante orgullosa por haber tenido tan buena intuición.
Aquello de que los niños no salen directamente de la panza, también lo supe por Jacque, que me dijo sin más vueltas: «El producto acabado sale por el mismo lugar por donde entra la materia prima.»
El himen y algunas otras cosas específicas las conocíamos Jacque y yo por un libro sobre educación sexual. También sabía que se podía evitar el tener hijos, pero seguía siendo un secreto para mí cómo era todo aquello por dentro…
Si una madre no le cuenta todo a sus hijos, éstos se van enterando poquito a poco, y eso no está bien…” (Ana Frank: “Sábado, 18 de marzo de 1944”, pág. 250-251, o.c.)


“Querida Kitty:
Me ha ocurrido una cosa -aunque en realidad no debería de hablar de «ocurrir»- que me parece muy curiosa.
Antes, en el colegio y en casa, se hablaba de los asuntos sexuales de manera misteriosa o repulsiva. Las palabras que hacían referencia al sexo se decían en voz baja, y si alguien no estaba enterado de algún asunto, a menudo se reían de él. Esto siempre me ha parecido extraño, y muchas veces me he preguntado por qué estas cosas se comentan susurrando o de modo desagradable. Pero como de todas formas no se podía cambiar nada, yo trataba de hablar lo menos posible al respecto o le pedía información a mis amigas.
Cuando ya estaba enterada de bastantes cosas, mamá una vez me dijo:
-Ana, te voy a dar un consejo. Nunca hables del tema con los chicos y no contestes cuando ellos te hablen de él.
Recuerdo perfectamente cuál fue mi respuesta:
-¡No, claro que no, faltaba más!
Y ahí quedó todo.
Al principio de nuestra estancia en el escondite, papá a menudo me contaba cosas que hubiera preferido oír de boca de mamá, y el resto lo supe por los libros o por las conversaciones que oía…” (Ana Frank: “Lunes, 24 de enero de 1944”, pág. 195, o.c.)

Cuestiones
¿Cómo se suelen resolver las dudas sobre este tema? http://www.youtube.com/watch?v=TRMToPrkJro
¿Crees que se obtiene de esa forma la información oportuna y adecuada?
¿Qué tipo de educación sexual desearías para tu hija e hijo? Justifica tu respuesta.

pubertad1

“… Resulta que ayer leí un artículo de Sis Heyster... En ese artículo habla como si se estuviera dirigiendo sólo a mí... Escribe más o menos que una chica, cuando entra en la pubertad, se vuelve muy callada y empieza a reflexionar acerca de las cosas milagrosas que se producen en su cuerpo. También a mí me está ocurriendo eso, y por eso últimamente me da la impresión de que siento vergüenza frente a Margot, mamá y papá. Sin embargo Margot, que es mucho más tímida que yo, no siente ninguna vergüenza.
Me parece muy milagroso lo que me está pasando, y no sólo lo que se puede ver del lado exterior de mi cuerpo, sino también lo que se desarrolla en su interior…
Otra cosa que escribe Sis Heyster es que a esa edad las adolescentes son muy inseguras y empiezan a descubrir que son personas con ideas, pensamientos y costumbres propias.
Como yo vine aquí cuando acababa de cumplir los trece años, empecé a reflexionar sobre mí misma y a descubrir que era una «persona por mí misma» mucho antes. A veces, por las noches, siento una terrible necesidad de palparme los pechos y de oír el latido tranquilo y seguro de mi corazón…” (Ana Frank: “Jueves, 6 de enero de 1944” en “Diario”, traducción de Diego Puls, DEBOLSILLO, 2009, pág. 182-183)

“… Aunque sólo tengo catorce años, sé muy bien lo que quiero, sé quién tiene razón y quién no, tengo mi opinión, mi modo de ver y mis principios, y por más extraño que suene en boca de una adolescente, me siento más bien una persona y no tanto una niña, y me siento totalmente independiente de cualquier otra persona…” (Ana Frank: “Viernes, 17 de marzo de 1944”, pág. 249, o.c.)

“… Ya no soy el bebé ni la niña mimada que causa gracia haciendo cualquier cosa. Tengo mis propios ideales, mis ideas y planes, pero aún no sé expresarlos… (Ana Frank: “Sábado, 30 de octubre de 1943”, pág.162, o.c.)

“Queridísima Kitty:
... Aquí todo sigue bien, salvo que Margot y yo nos estamos cansando un poco de nuestros padres.
No me interpretes mal, sigo queriendo a papá y Margot sigue queriendo a papá y a mamá, pero cuando tienes la edad que tenemos nosotras, te apetece decidir un poco por ti misma, quieres soltarte un poco de la mano de tus padres. Cuando voy arriba, me preguntan adónde voy; sal no me dejan comer...
Hay otra cosa que no les agrada, sobre todo en mí: que ya no quiera estar todo el tiempo dando besitos aquí y allá. Los múltiples sobrenombres melosos que inventan me parecen tontos, y la predilección de papá por las conversaciones sobre ventosidades y retretes, asquerosa. En resumidas cuentas, me gustaría perderlos de vista un tiempo, pero no lo entienden...
Aun anoche Margot me decía: «¡Estoy tan aburrida de que al más mínimo suspiro ya te pregunten si te duele la cabeza o si te sientes mal!»
Para las dos es un duro golpe el que de repente veamos lo poco que queda de todo ese ambiente familiar y esa armonía que había en casa... Me refiero al hecho de que nos tratan como a dos chiquillas por lo que respecta a las cosas externas, mientras que somos mucho más maduras que las chicas de nuestra edad en cuanto a las cosas internas…” (Ana Frank: “Viernes, 17 de marzo de 1944”, pág. 248-249, o.c.)
“… Cada vez me independizo más de mis padres, a pesar de mis pocos años, tengo más valor vital, y un sentido de la justicia más preciso e intacto que mamá. Sé lo que quiero, tengo una meta, una opinión formada, una religión y un amor. Que me dejen ser yo misma, y me daré por satisfecha. Sé que soy una mujer, una mujer con fuerza interior y con mucho valor…” (Ana Frank: “Martes, 11 de abril de 1944”, pág. 292, o.c.)


Cuestiones
¿Qué cambios corporales y mentales destacarías en la pubertad y la adolescencia?
¿Cómo vive un adolescente la nueva relación con los padres?

dia de la madre

“Querida Kitty:
Hoy tengo que confesarte dos cosas que llevarán mucho tiempo, pero que debo contarle a alguien, y entonces lo mejor será que te lo cuente a ti, porque sé a ciencia cierta que callarás siempre y bajo cualquier concepto.
Lo primero tiene que ver con mamá. Bien sabes que muchas veces me he quejado de ella, pero que luego siempre me he esforzado por ser amable con ella. De golpe me he dado cuenta por fin de cuál es el defecto que tiene. Ella misma nos ha contado que nos ve más como amigas que como hijas. Eso es muy bonito, naturalmente, pero sin embargo una amiga no puede ocupar el lugar de una madre…
A una madre me la imagino como una mujer que en primer lugar posee mucho tacto, sobre todo con hijos de nuestra edad, y no como Mansa, que cuando lloro -no a causa de algún dolor, sino por otras cosas- se burla de mí…” (A. Frasnk: “Jueves, 6 de enero de 1944”, pág. 180-181, o.c.)

“… A veces me pongo a pensar: ¿no habrá nadie que pueda entenderme, que pueda ver más allá de esa ingratitud, más allá del ser o no ser judío, y ver en mí tan sólo a esa chica de catorce años, que tiene una inmensa necesidad de divertirse un rato despreocupadamente? No lo sé, y es algo de lo que no podría hablar con nadie, porque sé que me pondría a llorar. El llanto es capaz de proporcionar alivio, pero tiene que haber alguien con quien llorar. A pesar de todo, a pesar de las teorías y los esfuerzos, todos los días echo de menos a esa madre que me comprenda. Por eso, en todo lo que hago y escribo, pienso que cuando tenga hijos querría ser para ellos la mamá que me imagino. La mamá que no se toma tan en serio las cosas que se dicen por ahí, pero que sí se toma en serio las cosas que digo yo. Me doy cuenta de que... (me cuesta describirlo) pero la palabra «mamá» ya lo dice todo. ¿Sabes lo que se me ha ocurrido para llamar a mi madre usando una palabra parecida a «mamá»? A menudo la llamo Mansa, y de ahí se derivan Mans o Man. Es como si dijésemos una mamá imperfecta, a la que me gustaría honrar cambiándole un poco las letras al nombre que le he puesto. Por suerte, Mans no sabe nada de esto, porque no le haría ninguna gracia si lo supiera…” (A. Frank: “Viernes, 24 de diciembre de 1943”, pág. 175, o.c.)

“… Intento aferrarme a papá, porque cada día desprecio más a mamá, y porque es el único que todavía hace que conserve mis últimos sentimientos de familia…
Para mí, mamá no es mi madre. Yo misma tengo que ser mi madre. Me he separado de ellos, ahora navego sola y ya veré dónde voy a parar. Todo tiene que ver sobre todo con el hecho de que veo en mí misma un gran ejemplo de cómo ha de ser una madre y una mujer, y no encuentro en ella nada alo que pueda dársele el nombre de madre…
¿Habrá gente que pueda satisfacer plenamente a sus hijos?...” (A. Frank: “Sábado, 30 de octubre de 1943”, pág. 161, o.c.)

“… Querida Kitty:
Volviendo por enésima vez al tema de la educación, te diré que hago unos esfuerzos tremendos para ser cooperativa, simpática y buena y para hacer todo de tal manera que el torrente de comentarios se reduzca a una leve llovizna. Es endiabladamente difícil tener un comportamiento tan ejemplar ante personas que no soportas, sobre todo al ser tan fingido. Pero veo que realmente se llega más lejos con un poco de hipocresía que manteniendo mi vieja costumbre de decirle a cada uno sin vueltas lo que pienso (aunque nunca nadie me pida mi opinión ni le dé importancia). Por supuesto que a menudo me salgo de mi papel y no puedo contener la ira ante una injusticia, y durante cuatro semanas no hacen más que hablar de la chica más insolente del mundo...” (A. Frank: “Domingo, 11 de julio de 1943”, pág. 123-124, o.c.)

“… Todos dicen que hablo de manera afectada, que soy ridícula cuando callo, descarada cuando contesto, taimada cuando tengo una buena idea, holgazana cuando estoy cansada, egoísta cuando como un bocado de más, tonta, cobarde, calculadora, etc. Todo el santo día me están diciendo que soy una tipa insoportable, y aunque me río de ello y hago como que no me importa, en verdad me afecta, y me gustaría pedirle a Dios que me diera otro carácter, uno que no haga que la gente siempre descargue su furia sobre mí…” (A. Frank: “Sábado, 3o de enero de 1943”, pág 97, o.c.)

Cuestiones
Si tú fueras madre o padre, ¿cómo crees que deberías tratar a tus hijos adolescentes?
¿Crees que las cualidades de la madre o del padre ideal han de variar según la edad de sus hijos e hijas? ¿Qué rasgos consideras que han de ser constantes en la forma de ser de los padres y qué aspectos debe ir modificándose al mismo tiempo que los hijos e hijas van creciendo?
¿Qué no se le debe decir nunca a un hijo o hija? ¿Y qué no se puede olvidar de decirle?
¿En qué medida o proporción influye el ambiente y la relación familiar en el comportamiento de los hijos?
¿Por qué los conflictos entre padres e hijos pueden acabar violentamente (gritos, insultos…)? ¿Cómo se podría decir lo que se piensa sin acabar en una pelea?

domingo, 10 de abril de 2011

Refugiados

MIGUEL MORA: “El mar se traga a 200 refugiados de guerra. Una barcaza con 300 subsaharianos que huían de Libia vuelca cerca de Lampedusa cuando era rescatada - El naufragio deja 20 muertos y más de 200 desaparecidos”, INTERNACIONAL, EL PAÍS (pág. 2), 07/04/2011.

“… Cerca de 21.000 inmigrantes procedentes del norte de África, la gran mayoría tunecinos, han llegado a Lampedusa desde que empezaron las revueltas en el norte de África a principios de año. En las últimas dos semanas, han empezado a llegar también a territorio italiano desplazados de la guerra de Libia.
… Hace dos semanas, la Agencia de las Naciones Unidas para los Refugiados (ACNUR) dio la alarma sobre la desaparición en el mar de una barcaza que había zarpado de Libia el 22 de marzo con 330 eritreos a bordo…”
“Una barcaza que trataba de llevar desde Libia hasta Italia a unos 300 refugiados subsaharianos,…, entre ellos mujeres y niños, naufragó en la madrugada de ayer en aguas maltesas…, a unas 39 millas al sur de la isla de Lampedusa.
… uno de los supervivientes, un camerunés joven… relató su historia… a un grupo de periodistas. "Estuve dos años prisionero en una cárcel libia y cuando me liberaron me puse a trabajar de empleado en casas. Al empezar los problemas, la policía de Gadafi me quiso enrolar para disparar contra los rebeldes,…, y entonces decidí marcharme. No quería ponerme a matar a gente. Preferí echarme al mar"…”
“… "Pagamos 400 dólares [unos 280 euros] por el viaje. Íbamos unos 300 a bordo", contó…
"Iba con mi novia y un amigo. Salimos desde la playa de Zuara hace dos noches", continuó. "Todo iba bien hasta que, de repente, se hizo de noche y el mar se empezó a mover mucho. Entró agua y el motor se paró. Alguien llamó por teléfono para pedir ayuda. Cuando llegó la lancha, todos empezamos a gritar, a movernos, y mientras los marineros intentaban sacarnos, la barca se dio la vuelta y volcó. Llevaba a mi novia de la mano, pero se me escapó. A mi amigo también se lo tragó el mar. Había mujeres y niños".
Un portavoz de la Guardia Costera, el comandante Antonio Morana, explicó que las adversas condiciones del mar (que alcanzaba fuerza 6), un viento de 30 nudos y la oscuridad dificultaron el salvamento, en el que participaron dos barcos y un helicóptero…
Uno de los pilotos de la Guardia di Finanza (policía fiscal) que sobrevoló ayer la zona del naufragio en helicóptero descartó la posibilidad de encontrar más sobrevivientes. "Hemos avistado decenas de cadáveres. Hemos estado mucho rato esperando a ver si alguien levantaba el brazo, pero no ha ocurrido"…”
F. JAVIER BARROSO: “El monstruo de la 'webcam'. Un hombre ahoga a su compañera, muestra el cuerpo a su padre en Rumanía a través de Internet y amenaza con matar a la hermana de la víctima”, vida&artes, sociedad, EL PAÍS (pág. 35), 06/04/2011

“… Viorela Alexandra Moldovan, de 19 años,… víctima mortal de la violencia machista en España…, el compañero sentimental de la mujer,… Dorel Marcu, de 21 años, la ahogó…
Dorel y Viorela Alexandra se conocían hacía unos cinco años. Ambos son… de Rumanía. Habían llegado a Torrejón de Ardoz (…) a casa de la madre de ella. Desde entonces, la mujer les había visto discutir con frecuencia, según comentó…: "Mi hija era muy infeliz. Yo hablaba con los dos para ver cómo les podía ayudar pero nunca me metía en las discusiones. Ellos se encerraban en su habitación y ahí no me metía", explicó la mujer con lágrimas en los ojos.
En la pareja no había denuncias previas por malos tratos ni órdenes de alejamiento, según el comisario Alcázar…”
“… Dorel estuvo hablando con su padre en Rumanía a través de Skype, en Internet. Le dijo lo que acababa de hacer y, para que le creyera, le enseñó el cuerpo a través de la webcam…”
“… y le dijo que cuando llegara su cuñada, de 13 años, la mataría también…
El padre avisó a la policía rumana…”
“… La coordinación entre las policías rumanas y española permitió su detención en 45 minutos, lo que evitó un nuevo crimen, según el comisario jefe de la Policía Judicial de Madrid…
El detenido está acusado de un delito de homicidio y otro de aborto [parece ser que Marcu estaba embarazada de cinco meses]. Por el primero se enfrenta a una condena de 10 a 15 años de prisión, mientras que por el segundo la pena puede estar entre los 4 y 8 años de cárcel.
... "No sé qué hacía él en casa, porque supuestamente hacía unos días que acababa de encontrar un trabajo y tenía que ir por las mañanas", añadió [la madre de Moldovan]… "Él no es una persona normal. Sus padres le tendrían que haber llevado al médico", declaró la mujer. Esta vivió momentos de tensión cuando salió de su vivienda y vio a decenas de periodistas a su puerta...”

Cuestiones

¿Qué parece decirnos la imagen que acompaña a los textos seleccionados?
Indica posibles motivos que pudieran explicar lo que acabas de exponer.
Muestra tu opinión sobre cada uno de los temas subrayados en el texto.
¿Podrías sugerir posibles comportamientos previos por parte de los padres del agresor, de la madre de la víctima, de la misma víctima… que quizás hubiesen evitado tal tragedia?

Movilización juvenil

J. R.: “La catástrofe moviliza a los jóvenes”, INTERNACIONAL, EL PAÍS (pág. 7), 06/04/2011

“Masaaki Yasuda…, de 29 años,… dentista en un hospital de la capital  [Tokio],… es uno entre muchos jóvenes a quienes la catástrofe ha hecho replantearse su actitud ante el futuro…
“… "Lo que ha ocurrido me ha hecho pensar que hemos llevado una vida muy cómoda y no nos hemos dado cuenta. Esta catástrofe nos debe hacer reflexionar para replantearnos nuestra forma de vivir", dice…
 "Tenemos que pensar si necesitamos gastar tanta energía. Debemos prescindir de las cosas inútiles"…
"Creo que lo que ha pasado es una oportunidad para cambiar. Los japoneses consumimos demasiado, debemos revisar nuestra forma de vivir. Tendremos que potenciar otras fuentes de energía", asegura Yoichi Matoba, de 27 años, que trabaja en una compañía petrolera.
… Erisa Ito, de 24 años, profesora en un jardín de infancia… piensa que los jóvenes deberían ser más activos. "Tendríamos que hacer más nosotros mismos en lugar de echar siempre la culpa a los demás", señala.”
“… La tragedia ha provocado una ola de solidaridad por todo el país. Los jóvenes se han apuntado como voluntarios para ayudar en las labores de reconstrucción y se han echado a la calle para recabar fondos para los damnificados. Como Kou, de 24 años, guitarrista en una banda de rock, que, desde el terremoto, acude cada domingo al barrio de Harajuku, corazón de la moda joven, a pedir dinero para la Cruz Roja…”

viernes, 1 de abril de 2011

Competencia en comunicación

ADELA CORTINA (catedrática de Ética y Filosofía Política de la Universidad de Valencia): “Saber decir”, TRIBUNA, 01/04/2011
Pido disculpas a la autora por las licencias que me he tomado con su artículo, pero creí necesario esta disposición para su comentario por el alumnado. Véase el artículo completo en el enlace anterior.
Ante la pregunta elemental cuya respuesta el alumno debería conocer, se oye decenas de veces en la escuela esta ancestral muletilla en defensa de cualquier sospecha de ignorancia: Me lo sé, pero no lo sé decir.
Pero la situación no mejora con eso, porque no saber la lección será malo, pero no saber hablar -o escribir- es mucho peor. La pobre libertad de expresión tiene en la incapacidad de expresarse el peor enemigo.
El hombre -venía a decir Aristóteles- es un animal social, porque cuenta con un tesoro precioso, la palabra, que le permite la buena vida social, la de aquellos que dialogan sobre sus deseos, sus preferencias, sus valores y tratan de decidir conjuntamente qué les parece mejor. Pero ¿cómo puede llevarse adelante este proyecto de vida en común sin, entre otras cosas, saber decir?
Podría parecer que en esta nuestra "sociedad de la información" la infinita cantidad de cauces de comunicación (los chats, los blogs, la televisión y la radio interactivas, las TIC que pueblan las aulas escolares y universitarias, los correos electrónicos y los teléfonos móviles con su inabarcable cantidad de prestaciones, el Power Point…) son medios tan poderosos para conectar a las gentes que nos ha salvado de las limitaciones comunicativas de otros tiempos.
Pero ¿es realmente así?, ¿nos comunicamos mejor por eso? No parece. Y tal vez en el fondo de ese fracaso se encuentre, entre otras muchas causas, ese no saber decir.
Si atendemos al vocabulario habitualmente usado no solo en la calle, sino en los medios de comunicación y entre los personajes públicos, al Diccionario de la Real Academia Española le sobran miles de términos. Con unos cuantos intentamos arreglárnoslas para expresar tal cantidad de contenidos que el fracaso está asegurado.
No ayuda mucho en este menester el lenguaje de los SMS, tejido de peculiares abreviaturas y "emoticonos". Se redactan a toda prisa, con la misma prisa se envían,
Claro que con la que está cayendo en materia laboral y económica esto parece una nimiedad.
Pero no se trata de optar ante un dilema, sino de construir una sociedad capaz de cuidar de todos sus bienes con esmero, con delicadeza, con responsabilidad.
Saber hablar, saber escribir, saber decir son capacidades básicas. Quienes cuentan con ellas tienen un poder del que carecen los que no saben expresar lo que llevan dentro porque más libres serán de comunicar lo que piensan.
Y es que sin duda es malo para una sociedad destrozar el lenguaje.

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